Los alrededor de 70 trabajadores de una mina de carbón de Amagá (noroeste de Colombia) que permanecen atrapados en ella podrían estar muertos después de una explosión ocurrida la noche del miércoles, según las autoridades, en tanto hasta ahora se han recuperado los cadáveres de otros 23.
«Las operaciones están un poco paradas porque hay acumulación de gases y hay que hacer un trabajo de ventilación», dijo ayer Carlos Iván Márquez, director de socorro de la Cruz Roja colombiana. «Suponemos que los otros también han muerto, pero no lo podemos confirmar hasta tenerlos fuera», explicó.
«No sabemos si alguien adentro logró sobrevivir. Hay que ingresar a la mina, pero no se ha podido porque hay acumulación de gases, como monóxido de carbono, y se está haciendo un trabajo de ventilación», añadió Márquez.
Poco antes, el presidente Álvaro Uribe había expresado su dolor por el accidente y había dicho que 16 cuerpos habían sido rescatados. «No lo puedo ocultar: tengo muchísimo dolor de saber que hay 72 personas allá atrapadas», añadió. El mandatario solicitó que se informe «rápidamente cuáles eran las condiciones de seguridad industrial para trabajar en esa mina, si estaba al día en el cumplimiento de los requisitos, si tenían al día los seguros de accidente de trabajo y de riesgos profesionales».
En un primer momento, los socorristas no pudieron acudir al rescate de los mineros debido a la proliferación de gases, indicaron funcionarios locales. Las labores de búsqueda comenzaron en la madrugada de ayer.
Las autoridades piensan que los mineros atrapados en el interior también perecieron.
La alcaldesa de Amagá, Auxilio Zapata, dijo que el coliseo municipal «ya está habilitado para recibir a los heridos o muertos, pues la morgue del cementerio no tiene capacidad suficiente para una emergencia como la que se acaba de presentar».
Luz Amanda Pulido, directora del sistema nacional para la prevención y atención de desastres, aseguró que «no son muchas, prácticamente ninguna» las probabilidades de que los mineros hayan sobrevivido.
Según versiones preliminares, la explosión en la mina San Fernando fue causada por la concentración de gases en uno de sus túneles. Los expertos se mostraron sorprendidos, pues esa mina está considerada una de las más tecnificadas de Colombia, además de ser una de las más grandes de la región carbonífera del noroeste del país.
La explosión habría ocurrido durante el relevo de trabajadores, según testigos. El ministro de Minas, Hernán Martínez, aseguró que es posible que en la mina no hubiera instalados detectores de gas.