“Los urabeños”, una herencia maldita

Las estrategias de terror utilizadas por los paramilitares quedaron en la mente de las comunidades y ahora son aprovechadas por grupos ilegales como mecanismo de presión. 

 
 

Según Jaime Jaramillo Panesso, analista político, “los urabeños” son parte  de una tradición de más de 25 años de guerra que ha tenido Urabá y que proviene de los desmovilizados de la guerrilla del Epl, quienes fueron impulsores de una violencia muy cruel en esa zona, lo que les permite amenazar a la población, lo que lleva a que la ciudadanía haga un paro, no por solidaridad sino por temor a esa organización criminal.

Jaramillo considera que esta situación es la consecuencia de un error cometido por la Fuerza Pública, pues “no tomó el control de la zona después de dar de baja a Juan de Dios Úsuga alias ‘Giovanni’ y dejó los caminos abiertos para que realizaran retenes y aparecieran en las fincas y en el comercio con amenazas, actuando a sus anchas sin la previsión que debería tener el Estado”.

Para este analista, los efectos que se vieron en el resto del país demuestran que hay una organización criminal que tiene capacidad de terror, no tanto de fuego, y que la sociedad civil necesita una garantía preventiva de la Fuerza Pública. 

Finalmente, Jaramillo aseguró que lo que le queda a las autoridades es retomar el control de la vida cotidiana para que la gente recupere la confianza y sienta esa tranquilidad que debe ofrecer el Estado para el normal funcionamiento de la sociedad.

“Ahí tenemos los resultados de no estar aplicando la Seguridad Democrática desde todos los aspectos, no solo desde el punto de vista ofensivo sino desde el preventivo”, precisó.

Poder de intimidación

Por su parte, Fernando Quijano, director de Corpades, quien afirmó que con el paro lo que están mostrando “los urabeños” ahora es que no son una organización tan pequeña como habían dicho, y que tienen tanto poder militar y de amedrentamiento que lograron extender el paro armado de Urabá a Caucasia, Cañasgordas y Dabeiba, además de Córdoba, Sucre y otras partes de la Costa Atlántica.

Para León Valencia, director de la Corporación Nuevo Arco Iris, este es un golpe al Gobierno porque el grupo confirma su presencia en otros sitios del país. Él se cuestiona sobre los poderes de los grupos ilegales en Colombia: “si esto pasó con ‘los urabeños’ cómo será con ‘los rastrojos’, una estructura que es casi el doble”.

Valencia afirma que con este acto, este grupo se convierte en una gran amenaza porque actúan en sectores muy poblados e importantes para la economía, en el caso de Santa Marta, las costas de Córdoba o en algunas comunas de Medellín.

León Valencia cree que la respuesta de las autoridades debe ser inmediata, fuerte y contundente, con grupos élites como los utilizados en el operativo en que se dio de baja a alias “cuchillo”, además de una respuesta de la ciudadanía para que no atiendan a las pretensiones de esos grupos armados.

Por su parte el personero de Medellín, Jairo Herrán Vargas, manifestó que la amenaza que hicieron “los urabeños” se sintió en la ciudad y eso reconfirma las denuncias hechas a las autoridades sobre la presencia de ese grupo en el sector occidental de la ciudad y enfatizó que ahora el Estado debe estar concentrado en no permitir que ese grupo llegue a la centralidad urbana de Medellín.

 Fuente: http://bit.ly/zQAfxw

 

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