Posts in Category: Derechos Humanos

A la cárcel, militar que habría abusado de su hija de seis años, en Caucasia

Un juez penal municipal con función de control de garantías  impuso medida de aseguramiento en centro carcelario en contra de un soldado profesional como presunto responsable de acceder carnalmente a su hija y a su hijastra de apenas 6 años de edad, en hechos ocurridos en Caucasia, Bajo Cauca antioqueño.

De acuerdo con la investigación, el militar habría abusado sexualmente en varias oportunidades de la hija de su compañera sentimental desde que ella tenía 6 años de edad  hasta los 13, mientras que a su propia hija, al parecer, la sometió a los vejámenes en el año 2017.

El integrante de las Fuerzas Armadas tendrá que responder ante la justicia por los  delitos de acceso carnal abusivo con menor de 14 años agravado, en concurso homogéneo y sucesivo. En las audiencias preliminares el uniformado de 33 años de edad, no se allanó a los cargos que le imputó la Fiscalía.

El procesado fue capturado por servidores del Cuerpo Técnico de Investigación en una guarnición militar del municipio de Caucasia y no se allanó a los cargos imputados.

Niña de seis años habría sido abusada por su padrastro en Medellín

En su propia vivienda, ubicada en un barrio del Nororiente de la capital antioqueña, una niña fue víctima vejámenes sexuales desde que tenía seis años de edad, por parte de su padrastro a quien un juzgado penal de Medellín envió a prisión.

Los investigadores de la Unidad de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual, Caivas de la Fiscalía, que las agresiones se habrían iniciado en el año 2016 y se extendieron hasta el 31 de enero de 2019.

Con base en los elementos materiales probatorios presentados por el representante de la Fiscalía, el Juzgado 4 Penal Municipal de Medellín, con Función de Control de Garantías impuso medida de aseguramiento en centro carcelario en contra del presunto victimario, un plomero de 40 años de edad.

En consecuencia, el procesado tendrá que responder ante la justicia por su posible responsabilidad en los delitos de acceso carnal abusivo, con menor de 14 años en concurso homogéneo y sucesivo, y actos sexuales abusivos con menor de 14 años, ambas conductas agravadas.

Fuente: http://bit.ly/39LOqRU

ICBF rescató a 12 menores del Bajo Cauca en riesgo de reclutamiento

En menos de dos semanas el Intituto Colombiano de Bienestar Familiar asumió la protección de 12 menores de edad que al parecer iban a ser reclutados por bandas criminales del bajo Cauca de Antioquia.

De acuerdo con la directora del Instituto, Selma Patricia Rodríguez, los menores fueron trasladados a zonas más seguros y en donde no corren riesgo de reclutamiento.

“Estos jóvenes tienen características que pueden ser fácilmente reclutados por grupos al margen de la ley; la idea es que nosotros miramos que sí son vulnerables y entramos en proceso restablecimiento de derechos; ellos no salen de su entorno familiar sin embargo se ven inmersos en el conflicto y esas familias terminan desplazadas y ahí entramos nosotros a fortalecer esa familia”, precisó la funcionaria.

Las edades de los menores oscilan entre los 12 y 15 años.

Fuente: http://bit.ly/2OR8Gcq

SOS a Procuraduría por situación en el Bajo Cauca Antioqueño

Una visita por el Bajo Cauca Antioqueño, fue lo que pidió Leiderman Ortiz Berrio, nuevo alcalde de Caucasia, Antioquia, al Procurador Fernando Carrillo. 

Le elevó esta solicitud con el fin de visibilizar la situación de orden público que padece la región.

El Bajo Cauca Antioqueño ha sido conocido por la presencia de los múltiples grupos al margen de la ley que delinquen en la zona y pretenden apropiarse del territorio para seguir con las economías conexas al narcotráfico.

Para Ortiz Berrio es de suma importancia que el jefe del Ministerio Público visibilice la situación que ha sembrado pánico en los habitantes de la zona, dado que a diario se registran desplazamiento forzado, e incluso reclutamiento de menores.

“Tengo el honor de dirigirme a usted para expresarle mi profunda preocupación por la grave crisis de seguridad que vive en la actualidad la región del bajo Cauca antioqueño”, expuso Ortiz Berrio, quien no ha podido posesionarse y asumir las riendas de la administración municipal por una acción judicial.

El nuevo alcalde, que lleva ejerciendo como líder social por más de 20 años, decidió lanzarse al mundo de la política y con ello conseguir ser elegido mandatario de Caucasia, Antoquia, esto debido a que conoce las problemáticas que aquejan su región.

“La corrupción y la delincuencia no se detienen en nuestra región. Ante este panorama, le escribo porque conozco su profunda sensibilidad y lucha por la defensa de los líderes sociales en Colombia y lo invito a que me acompañe a la región para que conozca de primera mano la grave crisis de seguridad y corrupción”, dijo el nuevo mandatario.

Para Ortiz Berrio, todo lo mencionando anteriormente es producto de la disputa territorial que tienen cinco actores armados: Los Caparros, el Clan del Golfo, los disidentes de las Farc, el Eln, y la delincuencia asociada al narcotráfico que protegen el movimiento de dinero, armas, laboratorios y rutas para el transporte de cocaína perteneciente al cartel mexicano de Sinaloa. Ortiz Berrio argumentó que los actores armados amenazan la seguridad de los pobladores de los municipios de Caucasia, Tarazá, Nechí, El Bagre, Cáceres y Zaragoza. Si bien, en este momento, el mandatario fue elegido por los habitantes de Caucasia como el nuevo alcalde, precisamente, para combatir el flagelo de la violencia, una acción legal en su contra lo tiene fuera del cargo, dado que una decisión judicial así lo determinó.

En su proceso judicial, que se ha adelantado desde enero pasado, solicitó a la Procuraduría que se designe una comisión especial para que intervenga de manera permanente. 

Fuente: http://bit.ly/2OzFuGv

Inicia en Antioquia programa de protección a líderes de sustitución de cultivos

La Consejería Presidencial para la Estabilización y la Consolidación socializó en Medellín el plan de acción para reforzar la seguridad y la protección de líderes de poblaciones vinculadas al programa de sustitución de cultivos ilícitos, ubicadas en Ituango, Briceño, Cáceres, Tarazá y Anorí.

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Catalina Rojas, jefe de Gabinete de la Consejería, manifestó que durante la reunión se explicó la ruta de atención que se va a tener para proteger a estos líderes. Se contó con la participación de organismos internacionales, como la  Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de Organización de Estados Americanos (MappOEA) y la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

"El objetivo es socializar la ruta de atención para proteger a los líderes que hacen parte del programa de sustitución. Decirles que el Gobierno está comprometido en la implementación del acuerdo y en el cumplimiento a las familias que hacen parte del proyecto. Identificamos retos y acciones a mejorar", señaló.

La funcionaria agregó que "se desplegó un equipo para socializar el plan de acción en Medellín. Tuvimos la oportunidad de hablar con líderes de la región, de los cinco municipios donde se está implementando el programa de sustitución de cultivos ilícitos. Participaron delegados de la Procuraduría, la Defensoría, las alcaldías y la Gobernación de Antioquia".

Catalina Rojas indicó que en 15 días se realizará una nueva reunión con los líderes en Antioquia para responder a distintas inquietudes que surgieron en la última jornada.

De acuerdo con cifras oficiales, desde la firma del los acuerdos de paz con la extinta guerrilla de las Farcse tiene registro de 58 homicidios de líderes del programa de sustitución.

El programa fue implementado por parte del Gobierno Nacional en doce regiones del país, en donde, según las autoridades, se ha evidenciado la mayor cantidad de situaciones de riesgo que podrían amenazar la integridad de los líderes de sustitución de cultivos ilícitos de hoja de coca.

Fuente: http://bit.ly/30Bmjjg

19 miembros de una familia se desplazaron por amenazas en Cáceres

En un bus contratado por la Mesa de Víctimas, 19 integrantes de una familia tuvieron que abandonar sus viviendas en el barrio Villa del Río en el municipio de Cáceres, por el inminente riesgo en el que se encontraban.

Según las mismas denuncias, las víctimas han recibido reiteradas amenazas de parte grupos armados de la zona.

El temor de la familia se profundizó porque recientemente hallaron el cuerpo sin vida de una persona aún no identificada en el río. Por lo que decidió advertir a las autoridades y desplazarse forzosamente de sus viviendas.

En el bus se embarcaron la abuela, los hijos y algunos nietos, acompañados por la Policía y la Personería para garantizar la seguridad de la familia.

El personero de Cáceres, Ánderson Piedrahita, aseguró que las 19 personas fueron sacadas del municipio hacia otro lugar confidencial en Antioquia.

"El sitio no se lo puedo decir porque es reservado, pero la familia tomó la decisión de no quedarse en el municipio. Decidió irse del municipio porque se sentía en riesgo y lógicamente cuando una persona se siente en riesgo, hay que establecer sus garantías", agregó el representantes del Ministerio Público.

Las autoridades también adelantan una investigación para establecer cuál grupo armado  y por qué razones habría amenazado esa familia.

Versiones preliminares señalan que todos estos hostigamientos serían represalias por capturas de integrantes del Clan del Golfo y los Caparrapos en la zona, resultado de los intensos operativos de la Policía y el Ejército.

Al igual que esta familia, más de 10.000 personas han sufrido el desplazamiento forzado en el Bajo Cauca. De estas, unas 4.800 desplazados han huido a la capital antioqueña.

Fuente: http://bit.ly/2BVUp7Y

Duque convocó consejo de seguridad en Caucasia por crisis de orden público

El presidente Iván Duque tenía en su agenda de este jueves ir a Cartagena para participar en el Congreso Internacional de Transporte de Carga. Sin embargo, canceló ese viaje y convocó a un consejo extraordinario de seguridad en Caucasia, Bajo Cauca Antioqueño, luego de que el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, le enviara el martes pasado una carta pidiéndole ayuda por la situación de orden público.

El objetivo del consejo de seguridad es tomar medidas ante los problemas de seguridad en la subregión de Antioquia, donde, según el gobernador, hay un aumento de homicidios este año del 210 %. Se trata de una región donde coinciden el Clan del Golfo y Los Caparrapos, el ELN y las disidencias de las Farc, dedicados a la minería ilegal, el cultivo de hoja de coca, la extorsión y la venta de alucinógenos.

En el consejo de seguridad, además, se va a responder por la denuncia y las quejas con el programa de sustitución de cultivos ilícitos. Según el gobernador, el Gobierno Nacional inscribió a 12.000 familias al programa de sustitución y ahora les ha incumplido con el pago, lo que habría incrementado las amenazas por parte de los grupos delincuenciales.

Al consejo de seguridad asistirá el presidente, su ministro de Defensa, la cúpula militar, las autoridades departamentales y los alcaldes de la subregión. 

 

Homicidios en Bajo Cauca antioqueño subieron 200 por ciento

En una carta dirigida al presidente Iván Duque, el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, le pidió intervención de carácter urgente debido a la gravedad de la situación por la que está pasando el Bajo Cauca antioqueño, causada por la lucha de grupos ilegales como el 'clan de Golfo', los 'Caparrapos', el Eln y las disidencias de las Farc.

Según cifras compartidas por Pérez, la gravedad del asunto radica en que entre 2017 y 2018, los asesinatos aumentaron un 200 por ciento. El año pasado se presentaron 96 homicidios en esta región, mientras que hasta el 2 de octubre de este año, se registraron 298 muertes violentas.

En la misiva, el gobernador expone que la zona superó la capacidad del Estado para asumir el control de los territorios afectados por el crecimiento de cultivos ilícitos y de minería ilegal.

El funcionario le pidió al mandatario su accionar para mitigar la situación. "Los problemas criminales del Bajo Cauca necesitan intervención integral, pues además, las promesas del Gobierno Nacional de apoyar a los que erradiquen voluntariamente los cultivos ilícitos fueron un engaño y han creado un caos social que estimula con agresividad la ilegalidad", dicta la carta.

En el consejo de seguridad que tuvo lugar en la mañana de este martes 2 de octubre, el mandatario se refirió al hecho explicando que la situación de guerra que se presenta en el Bajo Cauca superó la capacidad de las fuerzas de seguridad nacional, por lo que considera que es un problema de carácter presidencial.

"El gobernador no puede crear más policía ni puede tomar decisiones que le corresponden a la Fiscalía General de la Nación, por eso pido intervención al Gobierno", manifestó el gobernador.

También aseguró que el próximo martes 9 de octubre serán convocados integrantes de Mineros S.A para identificar las zonas en las que operan maquinarias de extracción ilegal y comenzar a implementar acciones.

Fuente: http://bit.ly/2yfUfFv

Líder social fue asesinado en Taraza

Se trata de José Enrique Monsalve, quien formaba parte de una Junta de Acción Comunal.

líder asesinado

Organizaciones sociales denunciaron que en la vereda Caucana, del municipio de Tarazá (Bajo Cauca de Antioquia), fue asesinado este sábado 25 de agosto José Enrique Monsalve Giraldo, líder campesino y presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) de la vereda San Antonio, de San José de Uré (Córdoba). 

De acuerdo con la información entregada por compañeros del líder, quien formaba parte de una asociación campesina, Monsalve lideraba el proceso de sustitución voluntaria de cultivos ilícitos en su vereda. 

Las primeras versiones indican que el hombre salió de la vereda Caucana el sábado en la tarde y su cuerpo fue encontrado el domingo en el sector. Fuentes del Departamento de Policía de Antioquia explicaron que en esa zona delinquen el 'clan del golfo', los 'caparrapos' y disidencias de las Farc. 

El líder social, de 40 años, fue encontrado muerto cerca de una vía que comunica a Tarazá y Cáceres y aún no se sabe si fue asesinado allí o los responsables arrojaron su cadáver en el lugar. Al momento de la inspección del cuerpo, presentaba dos heridas por arma de fuego en la cabeza.

Según Johan Giraldo, vocero del Proceso Social de Garantías de Antioquia, la situación es preocupante, en tanto que en el transcurso de 2018 van 25 líderes asesinados en el departamento. Por ello, reiteró su llamado a las instituciones del Estado para que realicen acciones concretas para que los defensores y líderes tengan garantías a la hora de cumplir su labor.

Fuente: http://bit.ly/2oB7vQA

En el Bajo Cauca hay que ser ciego, sordo y mudo

Este año han asesinado a ocho líderes sociales en el Bajo Cauca antioqueño: cuatro en Cáceres, dos en Caucasia y dos en Tarazá. Pero ellos no son los únicos muertos. Van 334 homicidios.

Entender las causas de la muerte allí es tan complejo como entender el contexto de una subregión que vive disputas entre grupos residuales de las AUC, brazos armados del ELN, el proceso de reinserción de las Farc y un proyecto para sustituir cultivos de coca voluntariamente.

Mientras, sus habitantes sufren no solo las consecuencias de esos problemas, sino también los coletazos de la emergencia en Hidroituango, y su economía (cuyo motor es la minería informal) cada vez se atranca más.

Una estela de guerra

Siete horas en bus de Medellín a Caucasia. En el camino se pasa de largo por Valdivia, Tarazá y Cáceres, donde está el 70 por ciento de la coca de Antioquia.

En las extensas zonas rurales que separan los cascos urbanos, dicen los que saben que se encuentran los grupos armados que desde hace más de veinte años se disputan o se comparten el control de una de las zonas más geoestratégicas para el tráfico de los negocios ilícitos en Colombia.

Grupos que están expulsando gente: las cifras de la Alcaldía de Medellín, a donde suelen huir los desplazados antioqueños, muestran la llegada de 3.336 desplazados del Bajo Cauca entre enero y junio de este año.

Tarazá es el municipio más expulsor con más de dos mil personas que arribaron a la ciudad, casi el mismo número de las que salieron del municipio, una cifra que venía bajando desde 2013, cuando tuvo 2.475 mil expulsados, según el Registro Único de Víctimas. En lo que va del año, el número de desplazados superó el de todo el 2017 en un 485 por ciento.

Pero a Medellín no llegan ni la mitad de los desplazados de Cáceres, que son 2.571 en lo que va del año; y de Caucasia han llegado a la capital 368 personas de las 591 que han huido del municipio.

Allí son más los que se quedan.

Un señor de 60 años, nativo de Caucasia, me dijo: “He visto peores tormentas en todos los años que he vivido acá”.

La última la vivió entre el 2008 y el 2012, pues luego de la extradición de Macaco y Cuco Vanoy, mandos importantes de las AUC en la subregión, se disputaron el control las Águilas Negras, aliados con los Caparrapos, y Los Rastrojos.

En 2010 hubo más de 40 ataques con granadas o petardos en lugares de comercio de Caucasia, según el Distrito de Policía Especial para el Bajo Cauca. Ese mismo año fue el de más homicidios en la historia del municipio: 128; y el de más desplazamientos en la subregión con nueve mil en los últimos diez años, según el Registro Único para las Víctimas (RUV).

Fue una guerra muy parecida a la que se vive ahora.

Luego, la región vivió una tensa tranquilidad desde 2012 cuando las Águilas Negras y Los Rastrojos llegaron a un acuerdo para unirse y convertirse en los frentes Julio César Vargas, Francisco Morelos Peñalta y el de Virgilio Peralta Arenas adscritos a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia.

Se rompió cuando este último, más conocido como los Caparrapos -dicen que porque varios de sus miembros iniciales venían de Caparrapí, en Cundinamarca-, decidió declararse disidencia a finales del año pasado.

Tener la suerte de que la guerra no te toque

 

 

La nueva guerra empezó con alertas.

En la madrugada del 29 de diciembre del 2017 estalló un artefacto en Bora Bora, una de las discotecas más grandes de Caucasia, que dejó 39 heridos.

En enero, hombres armados llegaron a siete veredas de Cáceres para anunciar enfrentamientos y pedirle a los habitantes abandonar sus casas, por lo que se desplazaron 356 personas, el primer desplazamiento masivo de los cinco que se dieron ese mismo mes dejando 1.695 personas afectadas, según alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo.

¿Quiénes corren peligro?

En Caucasia, la respuesta del señor del mototaxi, de la señora que atiende en la cafetería, de líderes, fuentes oficiales y conocedores del municipio coinciden: “la persona de bien, vive bien”, “si no te metes con ellos, puedes estar tranquilo”.

Según fuentes de la Policía, los 94 homicidios registrados en Caucasia este año hasta el viernes 27 de julio, son fruto de la guerra entre el Clan y los Caparrapos, y por eso las víctimas eran, en su mayoría, vendedores de drogas, campaneros, extorsionistas, sicarios, paga diarios y colaboradores de esos dos grupos.

Pero el riesgo no solo es hacer parte de ellos.

La noche en la que asesinaron a Robert Jaraba, uno de los ocho líderes asesinados en el Bajo Cauca, un familiar le recomendó no salir de fiesta porque la ciudad estaba peligrosa. “Yo no le debo nada a nadie”, respondió.

Y no es la única historia. Dos líderes del municipio recordaron el homicidio de Juan Carlos Zabala en enero, un joven que nada tenía que ver con las bandas del barrio, pero al que le dispararon poco después de haber denunciado en la Policía una olla cerca de su casa.

“Si te matan a un ser querido, llóralo, entiérralo y no más”, explica una líder que recuerda que en alguna ocasión quiso convocar una marcha por la vida, pero rápidamente le llegaron rumores de que era mejor que no lo hiciera.

Rumores, eso es lo que llega y es suficiente para causar temor y coartar a las personas. Un enlace de la Mesa de Víctimas de Caucasia contó que su trabajo se ha apaciguado desde que empezaron los ataques a líderes sociales. No han querido moverse ni hacerse visibles pues, aunque no han recibido amenaza directa, el miedo está.

Además, sus dos hijas tuvieron que desplazarse a Medellín: una fue abordada por dos hombres en una moto que “se burlaron de ella por ser lesbiana” y le advirtieron que no la querían ver en la ciudad. La otra, luego de ver cómo un conocido suyo le disparó a un hombre, decidió irse por temor a que tomara represalias en su contra.

Otros enlaces de la Mesa de Víctimas que lideraban los temas de jóvenes y desaparición forzada salieron de Caucasia porque sentían miedo de realizar su trabajo allí, según esta fuente.

La muerte no solo llega por ser líder

En esa revuelta murieron Ana María Cortés, en Cáceres; y Robert Jaraba, en Caucasia. Son los dos asesinatos de líderes más recientes, en el mes y medio que va después de la segunda vuelta presidencial. Ella, líder política; él, líder sindical.

Ana María Cortés fue asesinada el 4 de julio a eso de las 7 de la noche a la entrada del pueblo, en una cafetería que visitaba diariamente. Robert Jaraba, cerca de la medianoche del 16 de julio, en Noche de Reinas, uno de los dos burdeles más conocidos de la ciudad.

Ambas muertes se enmarcan en la guerra que se anunció a finales del año pasado.

Que eran líderes es una realidad.

Cortés lo fue en la campaña de la Colombia Humana en Cáceres, coinciden las personas que acompañaron el nodo en el pueblo y Edith Navarro, encargada de la campaña en el Bajo Cauca.

Era más que una colaboradora: convocó, organizó y compartió la propuesta de Petro en el casco urbano, además de ser testigo electoral en las votaciones.

Sin embargo, ni ella ni su grupo de seis personas en la Colombia Humana recibieron amenazas en medio de la campaña; no hubo denuncias de constreñimiento y ni siquiera quienes se adentraron a las zonas montañosas, donde hay mayor presencia de ilegales, recibieron un mensaje negativo por esa actividad.

“No le conocimos un contexto muy profundo de ser líder social, a ella le gustaba más eso de la política” dijo un cercano suyo, que habló, como la mayoría de fuentes de esta historia, bajo la condición de proteger su identidad por miedo a la violencia.

Lo confirmaron dos personas más que viven en el pueblo hace más de diez años.

El personero Anderson Piedrahita corroboró que Ana María no hacía parte de ninguna asociación o junta de acción comunal. Pero con fechas imprecisas, se sabe que trabajó en la Personería de la alcaldía de Davinson Correa (2008-2011), para quien también hizo campaña en su momento.

Durante la emergencia de Hidroituango en mayo, tomó la vocería en el punto de encuentro dispuesto en Cáceres para los afectados exigiendo ayudas humanitarias.

La líder de la Colombia Humana, según cinco fuentes, había vuelto a su pueblo a principio de este año, pues en los últimos dos se había desplazado a Medellín por amenazas que no pudimos identificar.

Una fuente cercana a ella contó que desde entonces la Policía la perseguía y la abordaba en la cafetería que visitaba a diario en Cáceres. Piedrahita confirmó que Ana María hizo dos quejas por malos procedimientos policivos, pero que en ninguno expresó amenazas de la institución.

Uno de sus amigos más cercanos nos dijo que dos días antes de su muerte le comentó que había regresado al pueblo porque quería saludar a su familia, pero que sabía bien que no podía volver, y por eso pensaba dejar el municipio lo antes posible. No alcanzó.

Por su parte, Robert Jaraba también era reconocido como líder en Cerro Matoso, empresa para la que trabajó 16 años en Montelíbano, sur de Córdoba, donde se vive una guerra muy parecida a la del Bajo Cauca como contamos. Pero visitaba con frecuencia Caucasia, que queda a menos de una hora, pues allí nació y vive la mayoría de su familia.

Jaraba, quien era operador de máquinas en la Mina e hizo parte del Comité de Certificación del Sena que capacitó a unos 140 trabajadores de la empresa, fue uno de los fundadores del sindicato Sintramineros en 2012.

Como en el caso de Cortés, sus compañeros del sindicato y familiares niegan que su papel ahí fuera fruto de incomodidad para alguien.

“A él no le gustaba enfrentarse y pelear con los directivos, sino más bien encontrar soluciones prácticas para ambos”, dice uno de sus seres más queridos.

Aunque tenía una lucha por tierras, no era un líder de ese sector.

Desde diciembre del 2017 llevaba el proceso de reclamación de un predio llamado Las Delicias, en la vereda La Mojosa, Cáceres, que le despojó el exparamilitar ´Macaco’ a su padre Atilano en 1998.

Según la Unidad de Restitución de Tierras, no manifestó amenazas por esa actividad; de hecho, era el único entusiasmado de la familia porque creía que ya estaban cerca de recuperar su finca, aunque el proceso apenas está en estudio formal.

Sus más allegados también desmienten lo que se difundió en prensa sobre un ataque personal que recibió semanas antes de su muerte. El hecho fue en enero; dos hombres en moto le tiraron una piedra al ventanal de su casa en Montelíbano. Nunca pudieron identificar el porqué.

En los dos casos, las autoridades dicen por fuera de micrófonos que los asesinatos no se deben a su condición de líderes.

Información extraoficial de la Policía arroja que Cortés estaba siendo investigada por pertenecer al Clan del Golfo y tenía un hijo en la organización criminal. Efectivamente, a los trece días del homicidio, el Ejército capturó su hijo, Camilo Andrés Chaverra Cortés, presunto integrante del Clan del Golfo.

Esa versión responsabiliza la muerte de Cortés a los Caparrapos, grupo para el que supuestamente ella trabajó en el pasado, antes de abandonar el pueblo, hace más o menos dos años.

El Fiscal General, Néstor Humberto Martínez, aseguró que tienen pruebas contundentes de que el autor del crimen sería alias “Jonás”, líder de los Caparrapos.

Según esta misma fuente, hay indicios de que la muerte de Robert tuvo que ver con su hermano Anuar, quien es el cuñado de alias Carlitos, un caparrapo de Caucasia que fue herido de bala el 14 de julio y murió el mismo día que el líder de Cerro Matoso.

La teoría que comparten algunos familiares es que al que querían matar era a su hermano y pudo ser un error porque los dos se parecían físicamente. Ninguno se imaginó que Robert pudiera morir de esa forma, “él siempre le huía a los problemas”.

Esta semana la Policía capturó al presunto asesino: alias Cristian, quien se desempeñaba como sicario de los Caparrapos en Caucasia, según las autoridades.

Pero el liderazgo vulnerado en el Bajo Cauca va más allá, y se concentra más que todo en las veredas, entre cultivos de coca y el asedio de Clan del Golfo y los Caparrapos.

Fuente: http://bit.ly/2NVhDia

Más de 2.000 desplazados en Antioquia, Bajo Cauca y sur de Córdoba

La Defensoría del Pueblo denunció ayer la grave situación en la que se encuentran los habitantes del sur de Córdoba (San José de Uré), norte de Antioquia (Ituango) y Bajo Cauca (Cáceres, Valdivia, Tarazá y Caucasia), debido a los combates de grupos armados ilegales que han causado desplazamientos masivos y el incremento de homicidios.

Las Regionales de Antioquia y Córdoba y las Delegadas para los Derechos de la Población Desplazada y el Sistema de Alertas Tempranas, han hecho un continuo seguimiento a la situación de riesgo de desplazamiento y afectaciones a los procesos de exigibilidad de derechos en esa región, en donde se han presentado varios hechos de violencia.

La causa han sido los combates entre grupos armados ilegales posdesmovilización de las Auc y el Frente Virgilio Peralta Arenas de las Autodefensas Campesinas, conocidos también como ‘los caparrapos’, en Tarazá, Cáceres, Caucasia, Ituango y San José de Uré.

La Defensoría advierte del fortalecimiento del Eln en Cáceres y Tarazá, así como la presencia de una disidencia del Frente 36 de las Farc en Ituango, que se ha enfrentado con grupos de autodefensas.

“En medio de esta situación han ocurrido 10 desplazamientos masivos, se han incrementado los índices de homicidios, se ha restringido la movilidad de la población, se encuentran en situación de confinamiento varias comunidades campesinas e indígenas y se han presentado intimidaciones generalizadas con la aparición de panfletos amenazantes”, agregó la Defensoría.

La Defensoría advierte que se han identificado a 732 familias (2.192 personas) desplazadas desde el 18 de enero al 9 de marzo de 2018.

Además, se han incrementado los homicidios en el municipio de Taraza. De acuerdo a información de la Policía Nacional, entre el 1 de enero y el 28 de febrero de 2018 se han registrado 23 asesinatos, cuando en el año 2017 en el mismo periodo se reportaron 6 casos. En San José de Uré se han reportado 6 asesinatos hasta el día 15 de marzo de 2018, cuatro de las víctimas eran representantes de comunidades o líderes comunitarios. 

La Defensoría además alerta del alto riesgo para comunidades del Pueblo Zenú y del Pueblo Embera Katío en San José de Uré, Caucasia, Tarazá e Ituango. “Se han registrado asesinatos de campesinos relacionados con los procesos de sustitución de cultivos en Tarazá. Se reportó el asesinato de dos (2) Presidentes de Juntas de Acción Comunal en San José de Uré”, señaló.

La Defensoría sostiene que esto ha generado gran número de personas desplazadas y confinadas, así como la persistencia de la situación del riesgo.

Fuente: http://bit.ly/2pyNET3

Situación en Bajo Cauca antioqueño se pudo prevenir, según líderes sociales

Desde 2017, se había advertido sobre el riesgo de desplazamientos masivos en municipios como Cáceres, Antioquia. El Gobierno Nacional no hizo nada, sino hasta que la Defensoría emitió una alerta nacional el pasado 22 de enero.

La situación de orden público en la región del Bajo Cauca antioqueño es un tema que, desde 2017, los líderes sociales de la zona la habían alertado. La petición al Gobierno Nacional por parte de ellos y de grupos sociales que trabajan allí ha sido que haya mayor presencia de Fuerza Pública para evitar los homicidios y el desplazamiento forzado, provocado por la presencia de bandas criminales y grupos ilegales que se encuentran en una disputa territorial.

El 22 de enero de 2018, la Defensoría del Pueblo emitió una alerta nacional sobre desplazamientos masivos en el Bajo Cauca antioqueño y en otros departamentos como Córdoba, Boyacá y Casanare. Más de mil personas, en solo cuatro días, se movilizaron de sus casas debido al temor de quedar en medio del fuego entre el Clan del Golfo, el Eln y las disidencias de las Farc.

Antes de cumplirse el mes de esta alerta, entidades de la ONU, como la Oficina en Colombia del Alto Comisionado para los Derechos Humanos y la Agencia para los Refugiados (Acnur), junto al Consejo Noruego de Refugiados y la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de los Estados Americanos, hicieron un llamado de alerta ante "la persistencia en el desplazamiento forzado de pueblos indígenas y comunidades campesinas de las zonas rurales del municipio de Cáceres (Antioquia)”.

“El Gobierno Nacional no le había prestado atención a la situación como se la están prestando ahora. Y es por un tema muy importante y muy desafortunado: el desplazamiento. Han sido más de 1.600 personas desplazadas, eso es lo que hizo que llamara la atención a nivel nacional. Eso ya se sabía. Eso ya se veía venir”, dijo a El Espectador Leiderman Ortiz Berrío, defensor de derechos humanos y líder social de Caucasia.

De acuerdo con la Secretaría de Gobierno de Antioquia, hasta el 22 de febrero, se han desplazado 1.569 personas hasta la cabecera municipalde Cáceres. Huyen de los enfrentamientos entre organizaciones criminales por el control de las rutas del microtráfico en la zona.

El Bajo Cauca ofrece unas dinámicas muy particulares. La explotación de los recursos mineros; la insurgencia de las Farc que tenían unas rutas hacia la parte del sur de Córdoba, otra hacia el sur de Bolívar. Por esos montes y por esas vertientes de las cordilleras existen todas unas rutas que les permiten y les facilitan justamente el comercio o el tránsito de sustancias de uso ilícito hacia determinados lugares. Por lo que les posibilita conectarse con el occidente, el oriente de Antioquia y también pueden conectarse con el departamento de Córdoba y directamente con la ciudad de Medellín”, explica Óscar Yesid Zapata, vocero de Nodo Antioquia para la Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos.

Esa posición estratégica con la que goza el Bajo Cauca, lo convirtió en un epicentro para las bandas criminales, que operan desde ahí. A eso se le suma la proliferación de la minería ilegal y de la siembra de los cultivos ilícitos. “El microtráfico de los cultivos ilícitos que están en esa parte y la minería ilegal son los flagelos que sufre Cáceres”, describe Victoria Eugenia Ramírez, secretaría de Gobierno de Antioquia.

Toda esta situación se ha venido recrudeciendo desde la fragmentación interna de esos grupos ilegales organizados, lo que propicia una nueva guerra por el control de la zona.

“El Bajo Cauca es un fortín de la extorsión en el que ellos cobran las vacunas, tanto en el comercio como en la ganadería; es un fortín por la minería informal, el microtráfico, los cultivos, los laboratorios y los corredores que manejan los grupos ilegales, fundamentales para transportar y vender la droga”, dice Ortiz Berrío.

Desde que se asentó el problema, los líderes sociales lo han denunciado y han pedido que se planifique toda una estrategia militar que contrarreste los efectos nefastos que ha traído el paramilitarismo y el narcotráfico a la zona.

“Miembros de la comunidad hace meses habían avisado de la situación porque veían la presencia de grupos, sus movimientos y fortalecimientos. Su experiencia de vivir en medio de la guerra hace muchos años les decía que su vida iba a estar en riesgo”, cuenta zona Christian Visnes, director del Consejo Noruego para Refugiados.

Ellos lo veían venir, pero las autoridades departamentales y nacionales no hicieron nada para prevenirlo. Solo lo hicieron cuando las organizaciones internacionales y la Defensoría del Pueblo lanzaron las alertas de riesgo de desplazamientos masivos. Entonces, activaron un protocolo de contingencia.

Una vez que se movilizaron más de 1.500 personas, la Alcaldía de Cáceres, la Gobernación de Antioquia y el Gobierno Nacional activaron un plan de choque para enviar 300 uniformados a la zona, crear comisiones especiales para brindar atención humanitaria a las víctimas desplazadas (albergues, salud alimentaria, agua potable, acceso a servicios públicos y educación) y una petición a la Registraduría Nacional para trasladar los puestos de votación de las zonas veredales al casco urbano. 

Estas acciones no han sido suficientes, ni eficientes. Nosotros no somos expertos en seguridad y no podemos darles consejos de cómo proteger a las comunidades, pero es claro que los esfuerzos que se están haciendo no son suficientes, porque hay más de 1.500 personas directamente afectadas y quién sabe cuántos otras están en situación de inseguridad”, manifestó Visnes.

Fuente: http://bit.ly/2Ftog7T

Aumenta las personas desplazadas en Cáceres

Otras 135 personas se desplazaron desde la vereda El Calvario del municipio de Cáceres, quienes están huyendo por enfrentamientos del ELN, el Clan del Golfo y el Ejército Nacional en el bajo Cauca del departamento de Antioquia. En esta subregión en total 972 personas están refugiadas en los cascos urbanos de Cáceres y Tarazá.

El director de la Unidad de Victimas de Antioquia, Jorge Mario Alzate, explicó que las comunidades están recibiendo albergue, aunque las condiciones de hacinamiento son evidentes.

“En este momento están llegando nuevas familias desde esta semana, 51 familias, 135 familias, cerramos el censo, las familias están llegando desde zona rural y se está coordinando el levantamiento del censo y la atención en alimentación y albergue”, señaló el funcionario.

A las comunidades se les está entregando dinero para la compra de víveres y en el Tarazá a las 152 personas se les entregó 62 millones de pesos como subsidio de arrendamiento y alimenticio por 2 meses.

Concluyó el director que los enfrentamientos están aumentando y que no hay posibilidades de un retorno temprano de las comunidades.

Fuente: http://bit.ly/2Gj6rrq

Eln anuncia paro armado de tres días en todo el territorio nacional

Por medio de un comunicado, el grupo guerrillero pide a pasajeros y transportadores abstenerse de viajar para "evitarse inconvenientes". El senador Iván Cepeda, autorizado por el Gobierno y el Eln para salvar los diálogos, rechaza el anuncio hecho por el grupo armado ilegal.

Los diálogos de paz entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional, Eln, pasan por su peor momento. El presidente Santos ha advertido a la guerrilla que mientras no se vean gestos de buena voluntad, los negociadores designados por el Ejecutivo permanecerán en el país. El Eln, por su parte, dice que bajo amenazas los diálogos no avanzarán. 

Ahora, en medio de la tensión creciente, la Dirección Nacional y el Comando Central de esa guerrilla anunció que desde el próximo 10 de febrero a las 6:00 am y hasta el día 13 del mismo mes, se adelantará un paro armado en todo el territorio nacional. 

De acuerdo con el comunicado, divulgado por comandante Uriel, quien en Twitter se identifica como la "Voz editorial del Frente de Guerra Occidental Omar Gómez -ELN", el paro armado se adelanta por la "continuidad del Terrorismo de Estado y el incremento de la persecución a los dirigentes populares y la judicialización de la protesta social; como también la negativa del gobierno para darle continuidad al Quinto Ciclo de conversaciones en Quito".

Según ese texto, "las órdenes de operaciones se ejecutarán teniendo en cuenta los protocolos de seguridad y protección de la población (...) acatando la orden del mando superior del Eln, en el Chocó y el occidente colombiano, el paro armado será efectivo y la orientación a todas las unidades es que se cumpla tanto en las carreteras y ríos, como en el mar y las rutas aéreas".

En el comunicado, el Eln lanza una advertencia: "Hacemos el llamado a los transportadores y pasajeros para que se abstengan de viajar y evitarse inconvenientes".

Por su parte, el senador Iván Cepeda, autorizado por el gobierno para buscar fórmulas que permitan que los diálogos continúen, señaló que rechaza el anuncio hecho por la guerrilla porque esto "dificulta las cosas. Vamos a ver cómo se sigue resolviendo este impase y estas dificultades para lograr el objetivo, que es el alto al fuego para que el Quinto Ciclo pueda avanzar". 

La publicación de este comunicado deja ver que en el interior del Eln hay división. En diálogo con El Espectador, Carlos Velandia, excomandante del Eln y actual gestor de paz señaló que "los sectores mayoritarios del Eln no encuentran argumentos para convencer a los grupos más pequeños y por eso se registran las divisiones".

En este sentido, el senador Cepeda señala que, durante la primera etapa del cese al fuego, "el Eln demostró que puede tener unidad de mando. Por eso, creo que pese a las diferencias la unidad en el interior de esa guerrilla se puede lograr", agregó. 

Fuente: http://bit.ly/2FUJASQ

Enfrentamientos en el Bajo Cauca tienen en riesgo de desplazamiento a 400 familias indígenas

Así lo manifestó la Organización Indigena de Antioquia tras denunciar la situación que se vive en Caucasia.

Según Richard Sierra, Consejero de Relaciones Políticas y Justicia Propia de la Organización Indígena de Antioquia (OIA), varios grupos armados se disputan esa zona del territorio, por lo que hay un inminente riesgo de desplazamiento de 400 familias indígenas.

Los hechos suceden en la comunidad indígena El Pando, por lo que, según Sierra, “se hace necesaria una intervención urgente por parte de organismos humanitarios”.

“Alertamos que hay confinamiento en varias de las comunidades de la zona, temor y zozobra. El Ejército ha hecho presencia, pero no es suficiente. Las familias se desplazarían hacia el casco urbano en Caucasia”, manifestó.

El río Cauca se desbordó, Siete barrios de Nechí se inundaron

A causa de las fuertes lluvias que azotan el territorio nacional, el río Cauca se desbordó, provocando que siete barrios de Nechí, Antioquia se inundaran, desplazando a las familias a albergues provicionales.

La administración municipal indica que el nivel del río superó el muro de protección inundando a los barrios El Chispero, Las Palmas, San Nicolás, Belén, Las Brisas, El Centro y en sector de las invasiones.

 

 

Los más afectados

Según indica la administración municipal, el corregimiento Colorado es uno de los más afectados. Se evacuaron algunas familias para evitar una tragedia.

Por otro lado, Daniel Cabrales, senador del Centro Democrático indicó que había advertido de la emergencia al gobierno.

"Dure 3 años rogándole al gobierno, al Sr. Carlos Iván Márquez atención y mantenimiento al dique Nechí-Achí y todo fue oídos sordos", expresó en su cuenta de Twitter. 

Fuente: http://bit.ly/2r91my7

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