La estrategia de las autoridades para eliminar los cultivos ilícitos como la coca, combustible de la disputa entre bandas, combina el garrote con la zanahoria: fumigación aérea, erradicación manual, extinción de dominio a predios donde hubo resiembra y un programa de sustitución de cultivos ilícitos.
Según las autoridades, el Bajo Cauca concentra más del 95 por ciento de los cultivos ilícitos en Antioquia y es la tercera zona con más acumulación de estos sembrados ilegales en el país.
Para este año, las autoridades antinarcóticos y la Gobernación de Antioquia trazaron la meta de erradicar todos los cultivos ilícitos que quedan en el Bajo Cauca, unas 8.000 hectáreas de coca, según la Policía Antinarcóticos.
La campaña de erradicación manual en lo que va corrido de este año en esa región consiguió la destrucción de cerca de 2.000 hectáreas sembradas con hoja de coca, mientras que otras 2.293 fueron erradicadas mediante aspersión aérea.
Pero el costo de esta lucha para las autoridades ha sido alto, sostiene el mayor Julio Roberto Moreno, comandante de la Policía en el Bajo Cauca.
Según el oficial, a la fecha tres policías y un erradicador han muerto este año como consecuencia de los hostigamientos y las minas sembradas por la guerrilla y las bandas para evitar el avance de los grupos de erradicadores.
La última víctima fue un subintendente de un Escuadrón Móvil de Carabineros, quien murió hace 20 días en zona rural de Cáceres, cuando explotó una carga explosiva mientras los agentes y los erradicadores se aproximaban a unos cultivos de coca.
"Estamos avanzando en la meta de erradicación, cada centímetro ha costado vidas y un esfuerzo grande, no solo por los ataques contra los policías que cuidan a los erradicadores y las minas, sino por el terreno montañoso donde están estos cultivos", aseguró.
Según las autoridades, lo que buscan las bandas y la guerrilla, aliadas en varias zonas del Bajo Cauca, es frenar la erradicación manual.
"Intentan sabotear el método manual porque es más efectivo que la aspersión aérea. Antes se asperjaba y nos íbamos; ahora vamos sobre el terreno, lo que permite no solo erradicar sino asegurar control territorial", explicó el mayor Moreno.
Otro problema que enfrentan las autoridades y el Gobierno Departamental en su meta para acabar con los cultivos ilegales es la amenaza de la guerrilla a los campesinos.
"Las Farc amenazan a los campesinos para que no siembren cultivos tradicionales o el caucho que promueve el Gobierno para la sustitución", cuenta un labriego de Tarazá.
Para atacar el problema de los cultivos de coca en el Bajo Cauca y también en el Nordeste, la Gobernación de Antioquia, a través del Centro de Integración Regional, identificó 91 veredas para desarrollar programas de sustitución de cultivos.
"Sabemos que para recuperar la región no solo se requiere Fuerza Pública, sino inversión social. Por eso estamos vinculando 1.600 familias a proyectos alternativos de café, cacao, caña y caucho", indicó a principios de este año Gregorio Mejía, gerente del Centro de Integración Regional.
Este esfuerzo representa una inversión de 95.000 millones de pesos en erradicación y proyectos productivos para promover la economía legal.
Fuente: http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/A/a_erradicar_el_combustible_de_la_violencia/a_erradicar_el_combustible_de_la_violencia.asp?CodSeccion=185