El anuncio lo hizo el presidente Santos en su cuenta en Twitter. Había 22 órdenes de captura en su contra, tenía circular azul de la Interpol y se ofrecía una recompensa de $500 millones.
Roberto Vargas, alias "Gavilán", segundo al mando del Clan del Golfo y quien era buscado tanto por las autoridades colombianas como por las estadounidenses, murió este jueves en operativos de la Fuerza Pública.
Aunque se sabe poco del hecho, fuentes militares dijeron a El Espectador que la muerte de Gavilán se dio en el marco de la campaña Agamenón II, que desde junio busca acabar con el poderío del Clan del Golfo, una de las más poderosas estructuras delincuenciales que, tras la desaparición de los grupos paramilitares (de los que también hizo parte), comenzó a copar sus territorios, se adueñó de las principales rutas para la salida de drogas hacia Estados Unidos, se enseñoreó con su violencia en los pueblos más abandonados de las costas colombianas y hasta se dio el lujo de lanzar un Plan Pistola en contra de la Policía a usanza del Pablo Escobar de los ochenta y comienzos de los noventa.
La muerte de "Gavilán" se presentó en el sector de Puerto Plata en Turbo (en el Urabá antioqueño), y fue liderada por las fuerzas especiales del Ejército, con varios desembarcos y asaltos aéreos con aviación militar.
Este es, quizá, uno de los operativos más importantes realizados por las Fuerzas Militares en la lucha contra el narcotráfico: alias "Gavilán" tenía un largo prontuario criminal, entre el que se incluía la violación de decenas de niñas menores de diez años.
Desde antes de llegar al Clan del Golfo ya tenía una amplia trayectoria criminal. En la década de los noventa, a los 16 años, hizo parte del Ejército Popular de Liberación (EPL) en Urabá, de donde es originario. Tras el fin de esta guerrilla, llegó a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), hasta su desmovilización en 2005 como parte del bloque Sinú.
Ya como segundo del Clan del Golfo encabezó un alto número de acciones criminales y por las que la Interpol emitió circular azul en su contra. Entre sus crímenes se encuentra haber sido el artífice del denominado “Plan Pistola”, con el que ordenó el homicidio de policías en Antioquia, Córdoba y Chocó. Fue, además, según el Ejército, responsable de la retoma de las rutas de narcotráfico en el Urabá hacia Panamá. En su contra había 22 órdenes de captura por los delitos de homicidio, concierto para delinquir, narcotráfico y desplazamiento forzado.