Fredy José Rivera, oriundo de Ayapel (Córdoba), administraba los negocios ilegales, sobre todo el cobro de extorsiones en el nordeste antioqueño. El hombre de 34 años estaría tras el cobro de dineros a varias empresas de ese sector del departamento. Sectores mineros en los municipios de Barbosa, Buriticá, Zaragoza, Gómez Plata, Yalí, Vegachí, Segovia y Remedios también se habrían visto afectados.
De acuerdo con la información de la Policía, las sociedades mineras Gran Colombian Gold y la sociedad minera Damasa, propietaria de la mina El Silencio, habrían sido víctimas de alias Bula. Al parecer, el líder criminal estaba planeando que hombres armados hicieran presencia en las minas, y a través de asesinatos, presionaran para que los mineros abandonaran los lugares de explotación. De este modo, el grupo ilegal se quedaría con los yacimientos de oro y otros metales preciosos.
Al parecer, el monto que debían pagar estas empresas al grupo ilegal asciende hasta los $150 millones mensuales. Las autoridades calculan que en total, alias Bula habría recaudado para el clan del Golfo unos mil millones de pesos, pues no solo se extorsionaba a empresas mineras sino que además a los ganaderos de la zona. Según documentos oficiales, alias Bula estaba a cargo de la elaboración de censos ilegales de ganados que se llevaban a cabo para poder cobrar un porcentaje determinado por cada cabeza de res que tuvieran los ganaderos de la región.
Por este motivo, las autoridades creen que alias Bula era tal vez uno de los miembros que más dividendos le aportaba a la organización por actividades distintas al narcotráfico. Bula, de 34 años, habría sido designado como jefe de finanzas del nordeste antioqueño por Uldar Cardona Rueda, alias Pablito, pues era él quien podía establecer el contacto con alias Navarro, el líder del clan del Golfo en la región. Además del cobro de dineros a empresarios, alias Bula estaría detrás del tráfico de estupefacientes y explotación ilegal de minas en los municipios del nordeste.
Alias Bula le entregaba las ganancias a alias Pablito, quién a su vez le rendía cuentas a Roberto Vargas Gutiérrez, alias Gavilán. El presunto líder del clan del Golfo también estaría implicado en la compra de armas de la organización y en tráfico de estupefacientes, así como la explotación ilegal de minas. De esta forma, alias Bula se habría convertido en una ficha clave para los más poderosos del clan del Golfo, pues era él quien pagaba la nómina del Grupo Armado Organizado (GAO) y los gastos generados por enfrentamientos con otras organizaciones criminales en la zona.
Por estos hechos, el pasado fin de fiscal de la Dirección contra el Crimen Organizado le imputó a alias Bula el cargo de concierto para delinquir agravado con fines de homicidio.
Fuente: http://bit.ly/2aFGUwB