Es urgente liquidar el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y crear una Agencia de Inteligencia del Estado, de carácter civil y adscrita a la Presidencia de la República, medidas que deben tomarse no sólo como una respuesta a las graves denuncias de interceptaciones ilegales, sino por la necesidad de contar con una institución seria y moderna que le permita al Gobierno garantizar la seguridad interna y externa del país.
Esperamos que el Congreso obre con grandeza y apruebe el proyecto de ley presentado, desde octubre del año pasado, por el Ejecutivo. El Legislativo debe olvidarse de la actual coyuntura electoral y privilegiar el bien general sobre el interés politiquero, con el fin de adoptar una normatividad que fije claramente las funciones de inteligencia, contrainteligencia y migratorias, actividades esenciales para el fortalecimiento de la seguridad nacional.
El Gobierno no ha dejado de condenar las acciones ilegales cometidas por algunos miembros del DAS, hechos que por desgracia vienen ocurriendo desde hace más de 20 años. Los problemas endémicos de la institución no son sólo por causa de la corrupción e infiltraciones sino que se deben también a las tareas que sin el debido análisis se le fueron agregando. Razones por las cuales estamos de acuerdo con la simplificación de actividades que propone el Ejecutivo para que la nueva institución se dedique a lo que le corresponde.
Recordamos algunas de las acciones contundentes que tomó el Presidente Uribe tan pronto tuvo conocimiento de las interceptaciones ilegales del DAS a varios de los magistrados de la Corte Suprema, políticos, periodistas y funcionarios del Estado: destituyó a 11 generales de la Policía; propuso la Ley de Inteligencia; transfirió las funciones de Interpol a la Policía; hizo las actuales denuncias sobre interceptaciones, y solicitó investigar al DAS y a las entidades públicas y privadas autorizadas para interceptar.
Si bien en los últimos días han crecido los señalamientos contra el DAS, no se puede desconocer la abierta disposición tanto del Ministro del Interior, Fabio Valencia Cossio, como del director de la entidad, Felipe Muñoz, para afrontar la crisis y colaborar en forma efectiva con las investigaciones que sobre las interceptaciones ilegales adelantan la Corte Suprema, la Procuraduría y la Contraloría. Es preciso encontrar las respuestas a las preguntas que tantas veces hemos formulado en este mismo espacio: ¿Quién ordenó las interceptaciones? ¿Quién las hizo? ¿Cómo las hizo? ¿Para qué? ¿Desde cuándo? ¿Se pagó por ellas? ¿ A quién le interesa mantener un manto de duda para que todos duden de todos? ¿Hay o no penetración de los grupos ilegales? ¿Hay o no injerencia de gobiernos extranjeros?
La liquidación del DAS no debe mirarse como una respuesta política del Gobierno a una acusación del Polo Democrático dedicado a hacer debates de coyuntura electoral. Hay que caer en cuenta de que la voluntad y acciones de la administración Uribe vienen de atrás. Por lo tanto, hay que valorar la verdadera dimensión de proponer una agencia civil de inteligencia, eficiente, transparente y confiable, en aras de la gobernabilidad e institucionalidad de Colombia. El Congreso de la República tiene la palabra. Está en sus manos la renovación o el estancamiento en materia de protección y seguridad nacional.
Fuente: http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/D/das_¡es_urgente_liquidarlo/das_¡es_urgente_liquidarlo.asp?CodSeccion=219