Denuncian alianza entre las FARC y el ELN con las bandas criminales en el norte de Colombia

Las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) podrían haber pactado una alianza con las bandas criminales --conocidas como bacrim-- en el departamento de Antioquia (norte), de acuerdo con conversaciones decodificadas y otras pruebas que tienen en su poder organismos de Inteligencia.

Las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) podrían haber pactado una alianza con las bandas criminales --conocidas como bacrim-- en el departamento de Antioquia (norte), de acuerdo con conversaciones decodificadas y otras pruebas que tienen en su poder organismos de Inteligencia.

Las bacrim son consideradas como la nueva amenaza a la seguridad de Colombia. Algunas versiones apuntan que son las sucesoras de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), grupo del que se desmovilizaron unos 32.000 paramilitares de extrema derecha en el marco de un proceso de paz que tuvo lugar entre 2003 y 2006, durante el gobierno de Álvaro Uribe.

Las fuerzas de seguridad atribuyen a las bacrim catorce de las veinte masacres que se registraron en Colombia durante 2010. Según datos oficiales, estas organizaciones criminales mantienen una fuerte actividad en más de 152 municipios, aunque no se descarta que se hayan podido infiltrar en muchas más ciudades.

Fuentes de inteligencia de la Policía indicaron que tanto la banda Los Urabeños como Los Rastrojos "tienen alianzas con el ELN y su estructura conocida como el área de guerra Darío de Jesús Ramírez Castro, con el Frente 4 y la Unidad Centro de las FARC", ya que "están económicamente muy fortalecidos".

Las investigaciones apuntan a que tanto "guerrilla como bandas criminales convergen en sus regiones y en sus actividades ilícitas". En algunos casos, cobran extorsiones para no atacar máquinas industriales de entre "tres a cinco millones de pesos (entre 1.211 y 2.020 euros)", monto que se paga "al grupo que esté en la zona", aunque a veces el propietario debe responder a ambas organizaciones.

Según fuentes de Inteligencia militar, tanto las bacrim como las guerrillas tienen alianzas relacionadas con el narcotráfico "sobre todo para la compra de la base de cocaína". La guerrilla "compra a los campesinos la coca a un precio, aparte les cobran impuestos por dejarlos trabajar, y ellos le venden a la bacrim a otro precio".

El coronel José Gerardo Acevedo Ossa, comandante de la Policía de Antioquia, señaló que las bandas criminales se ubican en áreas que pueden aprovechar económicamente. "Son zonas estratégicas geográficamente, con relación a la minería, además tienen vías de acceso para el tráfico de estupefacientes y de insumos", explicó.

CONFLICTO DE ZONAS

La lucha por esos territorios y sus condiciones de bonanza es lo que ha llevado a que estas estructuras armadas se disputen a sangre y fuego lo que ellos consideran una tierra de grandes oportunidades.

El asentamiento de las bacrim en el norte, noreste, Bajo Cauca y oeste de Antioquia se dio en zonas que fueron explotadas económicamente --de manera ilícita-- por los bloques paramilitares Minero, Central Bolívar y Central de Occidente de las AUC.

Después de la desmovilización, algunos de los hombres que delinquieron en estos grupos armados "hicieron rancho aparte" y llegaron a ocupar los espacios dejados por los paramilitares, seducidos por el poder que en el pasado les otorgó el narcotráfico.

"Las estructuras siguieron en las zonas donde delinquían las autodefensas y buscando expansión en otras zonas del departamento que son estratégicas para ellos", explicaron fuentes de Inteligencia militar, quienes señalaron que dos años después de las desmovilizaciones "comenzaron a llegar los nuevos señores de la guerra a estos territorios".

Poco a poco en zonas como Caucasia, Tarazá, Nechí, Vegachí, Yalí, Zaragoza, Santa Fe de Antioquia, Cáceres, El Bagre y otros municipios, se vieron hombres fuertemente armados, con uniformes y patrullando por varias zonas rurales del departamento de Antioquia. Así fue como entraron al conflicto armado colombiano las bandas criminales Los Urabeños, Los Paisas y Los Rastrojos.

Diego Corrales, consultor en Seguridad Ciudadana, explica que "estas bacrim son personas del fallido proceso de paz en algunos sectores con los paramilitares y se han articulado bajo el mismo negocio".

Después de que los jefes paramilitares como Ramiro Vanoy Murillo, alias 'Cuco Vanoy'; y Carlos Mario Jiménez, alias 'Macaco'; se desmovilizaron, comenzaron a aparecer en el conflicto los otros "señores de la guerra".

COMIENZAN LAS DISPUTAS

En 2009 llegaron a Antioquia Los Rastrojos. Fuentes de la Policía manifestaron que en ese año se dan grandes alianzas que no habían sido pactadas en ese departamento del norte de Colombia y cambian "el escenario de la guerra".

"Con el apoyo de Los Rastrojos, alias 'Sebastián' se convierte en el jefe de esta bacrim en esa zona del Bajo Cauca antioqueño, mientras que con la captura de alias 'Mario', alias 'Gavilán', un desmovilizado del frente 57 de las FARC y de los paramilitares, comienza a liderar las acciones de Los Urabeños", explica un investigador.

En la actualidad, según fuentes de Inteligencia policial, Los Rastrojos tienen cerca de 140 integrantes en esa zona, mientras que Los Urabeños cuentan con 110 personas en sus filas.

LAS OTRAS ECONOMÍAS

El coronel José Gerardo Acevedo Ossa, comandante de la Policía de Antioquia, explicó que la dinámica de las bandas criminales y su lucha es la misma en todas las regiones.

"Ellos buscan zonas donde puedan obtener dinero para financiar su guerra y lo hacen en zonas donde se puedan tener cultivos ilícitos o minería ilegal. Creemos que ahora lo que más ingresos les representa son la minería ilegal porque el narcotráfico ha sido muy golpeado", apuntó.

Fuentes de la Policía aseguran también que las bacrim han ingresado a negociar con el cobro de extorsiones "que no sirve para mantener una estructura, pero sí para ayudarse como con las recargas a los celulares (móviles), pagar a los campaneros y otros gastos menores", indicó por su parte un investigador.

Así sobreviven los comandantes de Los Urabeños: alias 'H20' en el oeste de Antioquia, con 80 hombres; alias '400' en el norte, con 35 integrantes; alias 'Arboleda' en el noreste, con 85 hombres y alias 'Gavilán' en el Bajo Cauca.

Los jefes de Los Rastrojos, como alias 'Sebastián', han logrado mantenerse gracias a esos ingresos en el Bajo Cauca. 'El Diablo' ha podido sobrevivir en el norte con 75 integrantes y alias 'Alex' en el noreste de Antioquia, con 70 hombres armados. En el este no se presentan confrontaciones porque sólo están Los Urabeños.

AUTORIDADES LOS PERSIGUEN

El investigador de la fundación Ideas para la Paz, Carlos Prieto, manifestó que las autoridades han enfatizado su lucha contra las bacrim en dos puntos.

"El primero es la prioridad en materia de orden público para concretar acciones directas que lleven a desarticular estas organizaciones armadas. Y dos, al hacer un diagnóstico real del problema para saber cómo operan y dar golpes contundentes como los que se han presentado en los últimos días", destacó.

El coronel Acevedo manifestó que este año en la lucha contra las bacrim han capturado 303 miembros, de los cuales 35 pertenecen a Los Paisas, 135 a Los Urabeños y 133 a Los Rastrojos. "Las mayores capturas se han dado en noreste, norte y Bajo Cauca. A diario capturamos uno, dos o tres de estos miembros", añadió.

Entre las capturas, Acevedo indicó que 21 mujeres han sido detenidas "porque se ha notado el incremento en la participación de éstas en actividades con las bacrim en tareas como el sicariato y en la logística como el transporte de armas o drogas, cobrar las extorsiones".

En los diferentes operativos realizados este año se han incautado 146 armas de fuego, 81 granadas y más de 14.000 cartuchos.

Fuente: http://bit.ly/qVpiRO

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