Una invitación a un bingo terminó en tragedia para una familia y un grupo de vecinos de la vereda Rodas de Liborina, cuando el carro en el que viajaban rodó por un abismo de unos 250 metros, dejando seis personas muertas.
Los hechos ocurrieron en la madrugada de ayer, cuando regresaban de la vereda El Junco, de Sabanalarga, y las labores de rescate comenzaron con las primeras luces del día. Al sitio conocido como Los Peñascos, en jurisdicción de Liborina, llegaron, alertados por la comunidad, socorristas y grupos de atención de estos dos municipios vecinos del Occidente.
Lo que tiene más adoloridos a los habitantes de estas poblaciones es que en esta tragedia, murieron cuatro menores: dos hermanas de 13 y 14 años y dos niños de 5 y 9. Con ellos iban dos adultos, el conductor, Danilo Hernán Urrego, de 40 años, y Luz Aidé García Uribe, 35.
"Son situaciones que enlutan el municipio porque son personas de aquí, que nacieron o residían, y muy duro con tanto menor", afirmó Nancy Avendaño, secretaria de Gobierno de Liborina.
Según versiones preliminares, en el automotor, tipo "chivero", iban 12 personas, todos parientes, amigos o vecinos, narró Jonathan Gil, de 18 años, que viajaba en él.
Venían de un paseo que programaron para el Junco, agregó. Por esquivar un derrumbe, el conductor se acercó al borde de la vía y el terreno cedió.
"El carro se sacudió y algunos salimos volando. Otras dos personas lograron colgarse de un palo cuando ya rodó".
José Edilberto, el papá de las niñas, que estaba en Santa Rosa, manifestó que eran muy alegres y que cursaban séptimo y octavo grado.
Jonathan recordó que la zona estaba mojada por que en ese momento estaba lloviendo. La Secretaria de Gobierno aclaró que la carretera está siendo intervenida en este momento por el Departamento, pero que "la vía entre Liborina y Sabanalarga es muy precaria y si a eso se le suma la lluvia y la posible situación mecánica del vehículo, a esta hora no sabemos qué condiciones rodearon lo que pasó".
El sitio en el que ocurrieron los hechos queda a, más o menos, una hora del casco urbano de Liborina.
Todos eran muy cercanos, comentó Jonathan, por eso la tristeza es más fuerte.