Además del levantamiento del censo de familias desplazadas y brindarle la ayuda humanitaria inicial, aún no se garantiza plenamente el retorno a sus sitios, debido a que se anuncian posibles enfrentamientos entre grupos delincuenciales de la zona, y hay temor entre la población campesina refugiada en Cáceres y Tarazá.
El Director de la Unidad de Atención a las víctimas, Jorge Mario Álzate Maldonado, reveló en Caracol Radio, que las familias desplazadas temen la llegada de otro grupo delincuencial a la zona, lo cual llevaría a enfrentamientos con los que actúan en esa franja de Antioquia.-
“¿Qué es lo difícil? A pesar de que puede haber fuerza pública en la zona, nosotros podemos decir que la situación es muy compleja en materia de orden público: hay una disputa territorial por las bandas criminales, y una de las cosas complejas es que esas disputas apenas están empezando. Inclusive, ha habido anuncios de que en 45 días habrá una retoma de un grupo a otro, que inclusive ya se ha generado unas barreras o fronteras invisibles entre Cáceres y Tarazá”, afirmó el señor Alzate Maldonado, en diálogo con Caracol Radio.
Además advirtió que en esa subregión antioqueña es prácticamente prohibido prohibido circular de noche por algunos sectores.
“No hay condiciones de seguridad, no se puede predecir hasta cuándo estarán, porque están llegando grupos nuevos a estos territorios, inclusive hay restricciones a la movilidad: en las noches no se puede salir y tampoco en las zonas rurales, está muy compleja”, dijo.
Las familias están albergados donde familiares y amigos, además de otro grupo está en la casa de paso indígena.
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