El Bajo Cauca antioqueño es una tierra que vive de la minería tanto legal e informal. Pero ni la una ni la otra han evitado los perjuicios medioambientales, por lo que los pescadores de la región sufren sus estragos.
El majestuoso río Cauca no se salva de la actividad minera. Según Calendario Angulo Pastrana, presidente de la Asociación Multiactiva de Pescadores de la vereda Buenos Aires del municipio de Zaragoza, la tierra que ya ha sido degrada por la minería cae al río con todos sus contaminantes, por lo que han muerto peces y han disminuido sus cauces.
“Las minerías han echado mucho sedimento, el río ha disminuido su cauce y ha sido por la minería, todas los sedimentos caen al agua. Se entraron a la cienaga donde el patrimonio es muy hermoso, donde la gente se sostenía, hoy en día la gente no se sostiene de ella porque la minería ha afectado bastante”, agregó Calendario.
Nicolás López, quien desde hace varios años se ha dedicado a la pesca y quien es miembro de la Asociación de Pesqueros de La Esperanza del municipio de Nechí, aseguró que al río Nechí le llega un agua contaminada proveniente de las actividades de la empresa Mineros S.A. y de mineros informales de la región.
Según él, cuando no aparecen puertos los peces, están contaminados por mercurio, como el caso del pescado doncella que tiene alta recepción a ese metal líquido con el que trabajan la minería.
“Varios peces han salido con esa contaminación, lo que es la Doncella, es la que tiene más capacidad para recibir ese mercurio”, dijo Nicolás López.
Los representantes de los pescadores sostienen que esta situación se evidencia a lo ancho del Bajo Cauca, por lo que algunos de sus habitantes han tenido que buscar un oficio distinto al de la pesca.
Ante ese panorama, las asociaciones de pescadores piden una intervención del Gobierno Departamental y autoridades ambientales para buscar una solución que pueda no sólo mantenerle sus empleos, sino cuidar los recursos hídricos de la región.
Fuente: http://bit.ly/2ep2TsT