Unas treinta familias dejaron sus casas en la vereda Bocas de Caná de Zaragoza, Bajo Cauca, por temor a morir en medio de los enfrentamientos que este fin de semana tuvo el Ejército contra las bandas criminales.
Santiago Londoño, secretario de Gobierno de Antioquia, aseguró que ayer en un consejo de seguridad se determinó que son 31 familias las desplazadas que cuentan con 165 personas que llegaron a Zaragoza solamente con la ropa que tenían puesta, por lo que ya se han determinado medidas para atenderlas.
"En este momento hombres del Ejército están realizando operativos en la zona y determinando las condiciones para el retorno, pues la zona ha estado muy asediada por parte de los grupos armados que extorsionan", comentó el funcionario.
Y es que en la zona la población se dedica, en su mayoría, a la minería, donde las bacrim controlan en gran medida ese negocio y extorsionan a los pequeños mineros. Gran parte de los desplazados, sostuvo a este diario una fuente de la Alcaldía de Zaragoza, son mineros.
El personero de Zaragoza, Juan Yalí, dijo, mientras buscada el albergue para los campesinos, agitada la voz en el celular, que la situación en el municipio siempre ha sido muy difícil con las bandas criminales. "Yo tengo que brindar la atención a la que estoy obligado bajo la ley de víctimas. Esto es difícil porque hay que cuadrar el tema de la dormida y de la comida".
El secretario de Gobierno de Zaragoza, Andrés Luján, dijo que los enfrentamientos se han presentado porque las bandas criminales, entre las que se cuentan "los Urabeños" y "los Rastrojos", luchan por el territorio para sacar provecho de las rentas ilícitas.
Los desplazados, precisó Santiago Londoño, llegaron al casco urbano de Zaragoza el sábado a mediodía y es posible que regresen a sus fincas esta misma semana si los operativos militares avanzan.
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