Al menos el 68 por ciento de las comunidades que habitan en las zonas rurales del territorio departamental padecen el drama del abandono de obras de infraestructura educativa, que iniciaron en periodos de Gobernación pasados y nunca llegaron a feliz término.
Un total de 17 convenios vencidos y otros 35 que quedaron inconclusos fue el panorama con el que se encontró hace dos años el secretario de Educación de Antioquia, Felipe Andrés Gil, quien reconoce que "esos malos ejemplos de obras abandonadas indican que ha habido falta de planeación, improvisación y corrupción. Además, estos casos revelan que la educación ha estado en la lista de lo menos importante en nuestro departamento".
Una consecuencia preocupante de este fenómeno es que ha originado la desescolarización de la población estudiantil, pues las condiciones en las que deben estudiar los niños de esos municipios y veredas son inhumanas, puesto que las infraestructuras existentes no les garantizan el cubrimiento de sus necesidades mínimas.
Un ejemplo de esta realidad lo vivieron 110 estudiantes y 5 profesoras de la Institución Educativa Rural de Membrillal, vereda del municipio de Sabanalarga, en donde los pequeños tuvieron que estudiar en carpas durante dos años, porque de su escuelita solo les entregaron algunos muros de ladrillos, pero sin tejas, puertas, ventanas, pisos o terminaciones.
Cuenta la rectora del colegio, Carmen Elena Echavarría, que aquellos "fueron días muy duros, porque tuvimos que aguantar el calor y la lluvia abajo de las carpas".
De ahí que muchos de los estudiantes hayan tomado la decisión de desertar de su formación y, por ese motivo, este año solo se graduó una alumna de once grado de esa institución educativa.
Se trata de Yenny Tatiana Torres, de 18 años, quien a pesar de las adversidades de infraestructura decidió continuar sus estudios para cumplir su sueño de convertirse en enfermera.
De acuerdo con Yenny, "yo elegí seguir estudiando porque sé que esa es la única manera que mis papás tienen para sacarme adelante. Y, aunque estudiar en las carpas fue muy difícil, creo que valió la pena el esfuerzo", expresa.
Acerca de la problemática, el alcalde de Sabanalarga, Carlos Arturo Henao, expresa que "es muy triste que se presenten situaciones como esta en Antioquia, pues de la dignidad de los espacios también depende el correcto desarrollo de las personas que estamos formando".
En ese sentido, el Gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, expone que "en este mundo es muy fácil olvidarse de lo pequeño y no es justo que en los lugares más apartados de Antioquia, un departamento que tiene cerca de 5 mil veredas que muchos seguramente no sabemos que existen, tengan que estar viviendo bajo estas circunstancias".
Promesas de cambio
De acuerdo con el secretario Gil, para encontrarle soluciones a este fenómeno, "en la Gobernación nos pusimos a trabajar en el diagnóstico de la situación, para buscar una ruta de trabajo. El primer paso que dimos fue crear la Unidad de Infraestructura de la Gobernación, pues la Secretaría de Educación de Antioquia tiene alrededor de 3.900 sedes y, hasta ahora, no existía esta dependencia".
Luego, se dedicaron a revisar todos los contratos existentes y la dependencia jurídica se encargó de "sanearlos", y también fue necesario "orientar a los alcaldes actuales porque ellos tenían que liquidar convenios que ni siquiera habían firmado", informa Gil.
Lo que la Gobernación pretende es reactivar las obras mediante convenios con los municipios, pero de manera directa. Y, aunque inicialmente la administración departamental creía que los procesos iban a ser más ágiles, "en este momento estamos como reviviendo muertos y ha sido más complicado", dice el secretario Felipe Andrés Gil.
Entre la lista de los municipios que han encontrado una salida a este fenómeno están Abejorral, Sabanalarga y Santo Domingo. Sin embargo, todavía hay pendientes procesos en 83 municipios.
Habrá investigaciones
Entre las irregularidades que han sido detectadas en los contratos, la Gobernación ha encontrado que algunos de los convenios en cuestión se celebraron meses antes de que concluyera la vigencia de los periodos de gobierno.
Lo anterior, por cuestiones obvias de calendario, era técnicamente imposible de realizar porque no alcanzaba el tiempo para hacer los procesos de licitación y ejecutar la obra y los recursos.
Sin embargo, la falta de tiempo no fue un problema para que las anteriores administraciones asignaran dineros, que, en casos como Bajo Cauca sumaron 6 mil 810 millones de pesos, designados a construir, ampliar o adecuar sedes en Cáceres, El Bagre, Nechí y Tarazá. Otros malos ejemplos ocurrieron en Magdalena Medio, donde destinaron 4 mil 590 millones de pesos para colegios de Puerto Nare, Puerto Berrío y Maceo; de igual manera ocurrió en Oriente, una región que contó con asignaciones por 2 mil 558 millones de pesos para infraestructura de La Ceja, El Carmen de Viboral y Marinilla.
Para que estos hechos no queden en la impunidad, una vez que se llevan a cabo las liquidaciones de los convenios, la Gobernación ha puesto en conocimiento de entidades de control esa información, para que investiguen. "Se han presentado informes y compulsado copias a la Contraloría General de Antioquia y la Contraloría General de la Nación, para que ellos adelanten los procedimientos que consideren necesarios", aseguró Gil.
Y, aunque esas investigaciones son largas y dispendiosas, el deseo de las comunidades afectadas es que haya justicia en estos casos.
En palabras de Sergio Fajardo, "aunque estas comunidades pequeñas sean las más afectadas por estas situaciones, son ellas mismas las que le dan sentido a la palabra dignidad. Por eso nosotros luchamos por darles dignidad a los espacios, para mejorar la calidad de la educación".
El compromiso del secretario de Educación, Felipe Andrés Gil, es que el próximo año las obras que quedaron inconclusas estarán listas para el disfrute de las comunidades, porque, desde su parecer, "no es justo que un montón de niños tengan que estudiar en condiciones inhumanas por culpa de los malos manejos", concluyó.
En la actualidad, en Antioquia el 80 por ciento de la infraestructura educativa presenta deterioro, de acuerdo con cifras de la Gobernación. De ahí que la entidad haya destinado alrededor de 4 billones de pesos para la educación, con el fin de superar el fenómeno de la deserción, pues hoy en nuestro departamento solo uno de cada dos antioqueños culmina su ciclo educativo completo.
Fuente: http://bit.ly/1akkxRq