Los cultivos ilícitos en el departamento han tenido un aumento de 4 mil hectáreas, según la gobernación.
La Asociación de Campesinos del Bajo Cauca antioqueño, una de las zonas más afectadas por las plantaciones ilegales, manifestó su preocupación ante el aval del Consejo Nacional de Estupefacientes, para el retorno de las aspersiones terrestres con glifosato, pese a que la OMS advirtió sobre los riesgo para la salud.
Milton Ramírez, habitante del bajo Cauca, aseguró que la salud y la seguridad de los campesinos se verán vulneradas, pese a que el Gobierno nacional anunció que el glifosato se utilizará con todos los protocolos de salud ocupacional, que son otorgados por el Ministerio de Salud.
El líder del Bajo Cauca advirtió que "esto es retroceder, si el Gobierno nacional quiere verdaderamente que el campo de Colombia vuelva a ser la gran despensa agrícola que era, debería llegar con soluciones serias y reales, no con pañitos de agua tibia como ha venido sucediendo".
Las Mesas de derechos humanos del Bajo Cauca antioqueño, temen que las aspersiones terrestres contra cultivos de drogas, generen una nueva ola de violencia en la región, ya que el Clan Úsuga ha venido sembrando minas antipersonal, para proteger las plantaciones ilegales.
Los cultivos ilícitos en el corredor montañoso que une al Urabá con el norte de Antioquia, habrían pasado de mil 500 hectáreas a cuatro mil en los últimos dos años. El gobernador Luis Pérez Gutiérrez, denunció que a finales de este año podría haber hasta 6 mil hectáreas de cultivos de drogas, debido a la reducción de los operativos en contra de las finanzas de las Farc.
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