Hacia la vereda Pajonal, de Anorí, donde había muerto el jueves, en confusos hechos, el soldado Ricardo Alexánder Hoyos, se dirigía el helicóptero particular en el que se desplazaba una comisión de investigadores del Ejército y la Policía y un sacerdote, perteneciente al obispado castrense y que se estrelló a 18 kilómetros de la población.
Un oficial, un suboficial y el capellán del batallón Bomboná de la XIV Brigada del Ejército, con el apoyo de un investigador judicial de la Policía Nacional se dirigían al sitio donde se iba a realizar el levantamiento del soldado, para su posterior traslado a la morgue de Puerto Berrío, localidad sede de la Brigada XIV, donde se iba a realizar la necropsia.
La aeronave, HK4462, Bell Ranger 206, partió, con el piloto particular, el presbítero y los miembros de la Fuerza Pública, en la tarde del jueves del municipio de Puerto Berrío hacia el sitio donde se encontraba el cadáver del militar al que le iban a realizar la diligencia de levantamiento.
El último contacto del piloto con la torre del aeropuerto de Otú, en Remedios, fue a las 2:09 p.m. del jueves y desde ese momento desapareció.
Desde ese instante se inició la búsqueda por parte de la aviación del Ejército y la Fuerza Aérea Colombiana.
Ayer en la tarde, el helicóptero fue localizado totalmente destruido a 18 kilómetros de Anorí y se estableció que todos sus ocupantes estaban muertos.
En el siniestro murieron el piloto, capitán Jaime Betancur Betancur; el mayor Luis Martínez Sánchez, ejecutivo del batallón Bomboná; el sargento de la Brigada XIV, Blass Alegría Rodríguez; el patrullero de la Policía, Jonatan Bolívar Giraldo y el capellán del batallón, Fernando Alberto Pérez Solano.
Fuente: http://bit.ly/1mMi9Nd