Unas cinco mil personas marcharon ayer en la mañana en el municipio de Caucasia para presionar un acuerdo con el Gobierno Nacional que les permita a los pequeños mineros de la localidad y de las regiones Bajo Cauca y Nordeste seguir ejerciendo su labor sin ser perseguidos por las autoridades.
Con el noventa por ciento de los locales comerciales cerrados, los mineros pidieron que esta vez el Gobierno firme un acuerdo que respete su derecho al trabajo, como lo han hecho por décadas, y no siga incautándoles y quemando la maquinaria con la que ejercen su labor, de la que vive el 90 por ciento de la población.
La marcha se realizó en horas de la mañana y para la 1:00 de la tarde ya la protesta había terminado, pero por la jornada de ayer, pues hoy los mineros retoman su movimiento, como se hace en otros puntos de Antioquia y del país.
“Desde 2011 hemos firmado tres acuerdos, el último de ellos (3 de septiembre de 2013) con las firmas de tres ministros y ocho congresistas, con la Onu y la Curia, pero no se ha cumplido nada. Esperamos que esta vez se firme algo que tenga un verdadero respaldo de la máxima autoridad para poder aspirar a que se cumpla”, expresó Ricaurte Tirado, directivo de Conaminercol de la región del Bajo Cauca.
Dijo que aunque esperaban dos mil personas en la marcha, el descontento de la población es tal, que asistieron cinco mil personas.
Diego Calle, presidente de la Asociación de Comerciantes de la localidad, lamentó que los negocios hayan cerrado, pero aclaró que no hubo presiones.
“Temiendo que se presentaran desmanes como los de hace año y medio, muchos prefirieron no abrir, pero todo fue muy pacífico y tranquilo”, aseguró.
Añadió que es imposible medir la afectación en cifras económicas, pero admitió que es un golpe duro al comercio: “los mineros tienen razón en su protesta, pero los negocios cerrados sí causan pérdidas”.
Apoyo de mototaxistas Hoy seguirá la protesta, igual que en su vecina localidad de Tarazá, donde unas trescientas personas, entre mineros y mototaxistas, marcharon por la Troncal a la Costa pidiendo que les respeten el derecho a trabajar, pues allí la minería informal se ha ejercido por siglos.
“Si nuestros abuelos fueron mineros, nuestros padres son mineros, ¿por qué nuestros hijos no lo pueden ser?”, se preguntaban los voceros del movimiento a viva voz y con pancartas. “Yo trabajo la minería hace 30 años, tengo 58 y con esto he criado doce hijos, y casi todos ellos también son mineros, no hay más qué hacer acá”, manifestó Julio Hernández mientras caminaba sudoroso por la Troncal, que debió ser cerrada al paso vehicular por varias horas mientras avanzaba la caminata, que también culminó al mediodía.
Miguel Ángel Gómez, vocero de los mineros informales, y Libardo Bravo, portavoz de los mototaxistas, esperan que esta vez el Gobierno atienda su clamor por el derecho al trabajo. “Sin minería se acaba el mototaxismo, porque nosotros trabajamos transportando a los mineros y sus familias”, aseveró Libardo, mientras Miguel Ángel expresó que el 80 por ciento de la población de Tarazá no tiene más en qué trabajar si no es de minero.
“Hasta el oro lo declararon ilegal y no tenemos dónde venderlo, nosotros somos campesinos honestos y pedimos que nos respeten los derechos por una actividad que viene de nuestros ancestros, desde hace 500 años”.
Sandra González, una ama de casa que marchó con su hija, clamó por una solución: “yo también vivo de la minería, es un trabajo como todos y no sé porqué lo persiguen, esto es una lucha de cada día de gente honrada”, puntualizó.
Esta vez no hubo árboles en la vía, ni llantas o troncos de madera ardiendo e impidiendo el paso vehicular. La tarde fue tranquila en ambas localidades.
Fuente: http://bit.ly/1Len9Dz